Varios descubrimientos médicos importantes han revolucionado el cuidado de la salud a lo largo de la historia, transformando radicalmente el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades. En el blog de Osmosis de hoy compartiremos nuestra selección de los 10 avances médicos que consideramos han contribuido a la salud y bienestar general de la humanidad. Para leer esto en inglés, haz clic aquí.
A lo largo de la historia, los avances médicos (en especial en los siglos XIX y XX) han revolucionado la manera en que los médicos comprenden, diagnostican y tratan las enfermedades. Estos avances han contribuido directamente al aumento significativo de la esperanza de vida a nivel mundial, casi triplicándola de solo 28.5 años en 1800 a 72.6 años en 2019.
Te invitamos a echar un vistazo a nuestra selección de los diez principales avances médicos que han tenido el impacto más profundo en la humanidad y en nuestra salud a largo plazo.
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Antibióticos: revolucionando el tratamiento de infecciones
El descubrimiento de los antibióticos se considera uno de los avances más significativos en la historia de la medicina. Fueron descubiertos en 1928, cuando Alexander Fleming regresó de sus vacaciones y encontró en su mesa de trabajo una placa de Petri con una cepa de moho que no solo estaba creciendo, sino que también limitaba el crecimiento de bacterias. La verdadera importancia del descubrimiento de Fleming se hizo evidente más de una década después, cuando la penicilina, la sustancia activa presente en el moho, fue aislada en 1940. La efectividad del antibiótico se hizo evidente de inmediato durante la Segunda Guerra Mundial en el tratamiento de heridas de combate, salvando la vida de aproximadamente 200,000 soldados. La penicilina sigue siendo un tratamiento principal en las infecciones bacterianas y ha preparado el camino para el desarrollo de muchos otros antibióticos.
Además del tratamiento de enfermedades infecciosas, la existencia de los antibióticos permitió hacer realidad procedimientos como la cirugía a corazón abierto, los trasplantes de órganos y la quimioterapia. Se considera que los años entre 1940 y 1960 fueron la “época dorada” de los antibióticos, ya que una gran parte de ellos se desarrolló durante ese período y todavía se utilizan en la actualidad.

Vacunas: prevención de enfermedades mortales
El hecho de que la palabra “vacuna” derive del término latino para vaca no es una coincidencia, dado el descubrimiento de Edward Jenner en 1776. Él observó que las ordeñadoras que habían estado expuestas al virus relativamente leve de la viruela vacuna desarrollaban inmunidad al virus mucho más grave de la viruela humana. Su descubrimiento condujo al desarrollo de la vacuna contra la viruela, y 179 años después, en 1977, la viruela fue erradicada (y sigue siendo la única enfermedad que ha sido completamente erradicada).
A pesar de que hubo avances significativos, la vacuna moderna no se desarrolló hasta 1950, cuando un brote masivo hizo que los padres de familia aislaran a sus hijos para evitar que contrajeran la polio. Los gobiernos gastaron millones en investigación para una vacuna, y en 1952, Jonas Salk y su equipo en la Universidad de Pittsburgh lo lograron. Quizás de manera aún más extraordinaria, Salk no tramitó una patente, diciendo “[la vacuna] pertenece al pueblo”. Gracias a su generosidad, la polio casi ha sido erradicada a nivel global, con solo unos pocos casos (seis) en 2021 y dos hasta mayo de 2023.
A partir de estos orígenes, se han desarrollado vacunas para muchas enfermedades graves, como el tétanos, la difteria, el sarampión, la meningitis meningocócica, la tuberculosis, la varicela y el VPH, por mencionar solo algunas. El desarrollo de vacunas ha prevenido innumerables muertes y ha controlado muchas enfermedades potencialmente mortales, incluida la COVID-19 y sus muchas variantes.

Anestesia: transformando los procedimientos quirúrgicos
Antes de mediados del siglo XIX, los procedimientos quirúrgicos eran pocos debido al dolor insoportable que experimentaban los pacientes. Esto cambió en 1846, cuando William TG Morton utilizó éter para anestesiar a un paciente durante una cirugía. Los medicamentos utilizados para anestesiar a los pacientes en cirugía han avanzado mucho desde esa época inicial. Las técnicas también se han refinado y, cuando se utilizan en combinación con nuevas tecnologías, han resultado en importantes mejoras en la seguridad del paciente.
Se han establecido estándares globales para monitorear la hemodinámica, los signos vitales y la respiración, entre otros. Hay tecnología para evaluar la profundidad de la anestesia, así como algoritmos que ayudan a valorar el nivel de comodidad del paciente. Como resultado, muchos procedimientos quirúrgicos que no habrían sido posibles sin estos avances se han convertido en algo relativamente rutinario.

Rayos X e imagenología: avances en diagnóstico no invasivo
Antes de la llegada de la imagenología médica, para hacer un diagnóstico los médicos dependían de su sentido del tacto, observaciones y la narración de los síntomas por parte de los pacientes. El descubrimiento de los rayos X por William Conrad Roentgen en 1896 revolucionó la medicina diagnóstica a partir de sus experimentos con corrientes eléctricas y tubos de rayos catódicos de vidrio. El potencial de su descubrimiento en el proceso diagnóstico fue inmediatamente reconocido, y el Hospital de Glasgow abrió su primer departamento de radiología solo un año después.
El ultrasonido utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para crear una imagen. En 1956, se reconoció su utilidad en el campo médico, encontrando un uso particular en el monitoreo prenatal y la detección de afecciones pélvicas y abdominales. A este descubrimiento le siguió la tomografía computarizada (TC) en 1967 y la resonancia magnética (RM) en 1973.
A medida que la tecnología ha avanzado, también ha habido avances en las imágenes que producen estas herramientas. Los profesionales médicos ahora pueden obtener imágenes detalladas de lo que sucede dentro del cuerpo, lo que les permite diagnosticar con confianza afecciones como quistes, tumores y otras anomalías de manera no invasiva. La capacidad de visualizar las estructuras internas y los órganos es vital para el diagnóstico y el tratamiento tempranos de muchas afecciones del cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado y los riñones.

Teoría Microbiana: cambios pequeños que tienen un gran impacto
La introducción de la anestesia en 1844 permitió a los médicos realizar procedimientos más largos y complejos. Sin embargo, las tasas de infección postoperatoria se dispararon, al igual que las tasas de mortalidad, lo que limitaba los avances, ya que los científicos no tenían una explicación sobre qué causaba las infecciones hasta que el microbiólogo francés Louis Pasteur desarrolló la teoría microbiana o teoría germinal en 1861.
El trabajo de Pasteur demostró que las infecciones eran causadas por microorganismos o patógenos que entraban en el cuerpo. Joseph Lister (ver el #9 en nuestra lista) aplicó la teoría de Pasteur a las infecciones quirúrgicas (a pesar de ser considerado “loco” por muchos de sus colegas). A medida que mejoraron las tasas de infección, sus colegas tuvieron que reconocer el valor de su enfoque.
En el siglo y medio desde la aplicación del trabajo de Pasteur por parte de Lister, una variedad de enfermedades que antes mataban a miles de personas, como la peste, la disentería y la fiebre tifoidea, han sido controladas gracias al entendimiento y la aplicación de la teoría microbiana.

Trasplantes de órganos: salvando vidas con el reemplazo de órganos
El primer trasplante de riñón exitoso fue realizado por Joseph Murray en 1954. Aunque se había intentado anteriormente, esta fue la primera vez que el paciente sobrevivió a la cirugía. Para 1968, los cirujanos ya habían logrado con éxito trasplantes de páncreas, hígado y corazón, y el primer trasplante corazón-pulmón se realizó en 1981.
Aunque estos procedimientos extendieron la vida de los receptores, el rechazo seguía siendo un problema importante, lo que limitaba la cantidad de trasplantes posibles. Los investigadores médicos comenzaron a enfocarse en el desarrollo de medicamentos inmunosupresores. El descubrimiento de la ciclosporina representó un gran logro en 1984, abriendo la puerta a trasplantes más complejos con donantes vivos.
Hasta septiembre de 2022, los médicos en Estados Unidos han realizado un millón de trasplantes y más de 40,000 trasplantes anuales, prolongando vidas y mejorando la calidad de vida de numerosos pacientes.

Ingeniería genética: revelando los secretos de la vida
El descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN por James Watson, Francis Crick y Rosalind Franklin revolucionó la biología molecular. El desarrollo de un mapa del genoma humano ha sido vital para predecir y comprender la incidencia de muchas enfermedades. Aunque esta información ya se utiliza para hacer pruebas de detección e implementar intervenciones en poblaciones con predisposición a padecer ciertas enfermedades, el potencial es aún mayor, con la posibilidad de que la medicina personalizada y las terapias génicas se conviertan pronto en una realidad cotidiana.
A medida que los investigadores han aprendido más sobre el genoma humano, han desarrollado técnicas para manipularlo, lo que ha dado lugar a la terapia génica y la ingeniería genética. Aunque todavía se encuentra en una etapa muy temprana, el potencial para la medicina es enorme, ya que los científicos pueden insertar ADN recombinante en los organismos para reemplazar secciones “defectuosas” y así reducir o eliminar predisposiciones genéticas.

Cirugía cardíaca: pionera en las intervenciones cardiovasculares
El primer injerto de derivación de la arteria coronaria (bypass coronario o CABG, por sus siglas en inglés) fue realizado por el Dr. René Favaloro en 1967, cuando tomó una vena de la pierna de su paciente y la utilizó para desviar una arteria coronaria bloqueada. Este procedimiento innovador restaura el flujo sanguíneo al músculo cardíaco y alivia los síntomas de angina de pecho, así como la probabilidad de un infarto.
En los últimos 25 años, los médicos han desarrollado diversos procedimientos cardíacos mínimamente invasivos para tratar enfermedades del corazón, eliminando muchos de los riesgos asociados con la cirugía a corazón abierto. Además, el uso de la robótica como asistencia en procedimientos cardíacos ha contribuido a reducir los tiempos quirúrgicos, mejorar la comodidad del paciente y acortar los períodos de recuperación.
Los pacientes que se han sometido a un bypass coronario y superan el primer mes posterior a la cirugía tienen una expectativa de vida similar a la de la población general. En Estados Unidos, las intervenciones cardiovasculares han contribuido a que la tasa de mortalidad por infarto haya disminuido de 87 por cada 100,000 personas en 1999 a 38 por cada 100,000 en 2020, lo que demuestra la importancia de este campo en constante evolución.

Antisépticos: mejorando la esterilización y el control de infecciones
El desarrollo de antisépticos por parte de Joseph Lister mejoró significativamente el control de infecciones más allá de la cirugía. Preocupado por la alta tasa de mortalidad posterior a las operaciones, Lister comenzó a experimentar con diferentes técnicas para prevenir infecciones, desarrollando el sistema de antisepsia en un laboratorio casero trabajando con su esposa y asistente, Agnes.
La técnica aséptica minimiza el riesgo de contaminantes externos y es fundamental en el control de infecciones en todas las áreas de la medicina. Lavarse las manos entre pacientes es ahora una práctica tan común que resulta difícil creer que no siempre fue así.

Insulina: salvando millones de vidas cada dia
Gracias a la insulina, un diagnóstico de diabetes tipo I ya no es una sentencia de muerte. Sin embargo, antes de 1922, se esperaba que los niños diagnosticados con diabetes tipo I vivieran apenas un año y medio, y los adultos menos de diez años. El descubrimiento de la insulina por Sir Frederick G. Banting, Charles H. Best y J.J.R. Macleod en la Universidad de Toronto permitió que las personas con diabetes pudieran llevar una vida relativamente normal.
James Collip se unió al equipo para ayudar a purificar la insulina. Leonard Thompson, un joven de catorce años que se encontraba al borde de la muerte por diabetes tipo I, fue el primer paciente en recibir este tratamiento que le salvó la vida. Después de su segunda dosis, sus niveles de glucosa en sangre se normalizaron, sin que se observan efectos secundarios.
El descubrimiento de la insulina es especialmente relevante hoy en día, dada la creciente incidencia global de diabetes tipo II. La insulina ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre en personas con diabetes y retrasa la aparición de sus síntomas debilitantes, aumentando la esperanza de vida de los pacientes y ahorrando miles de millones a los sistemas de salud.

Menciones honoríficas
Otros varios avances médicos estuvieron cerca de entrar en nuestra selección y sin duda merecen reconocimiento.
Epidemiología
Hipócrates ya consideraba la conexión entre el entorno, los factores del huésped y el desarrollo de enfermedades alrededor del año 400 a.C., y Joaquín de Villalba fue el primero en utilizar el término epidemiología para explicar estas conexiones a finales del siglo XVIII. Sin embargo, fue John Snow quien, en 1854, mapeó meticulosamente la incidencia del cólera en Londres, rastreando el origen de la enfermedad infecciosa hasta bombas de agua específicas, demostrando así la importancia de aplicar el análisis estadístico a los brotes de enfermedades, los resultados y los comportamientos.
Impresión 3D
Cuando Chuck Hull desarrolló la “estereolitografía” (hoy conocida como impresión 3D) en 1983, pocos podrían haber imaginado sus aplicaciones médicas. Treinta años después, esta tecnología permite a los científicos imprimir andamiaje para órganos, extremidades protésicas y medicamentos. Aunque la tecnología aún se encuentra en una etapa temprana, sus futuras aplicaciones en el ámbito de la salud tienen un potencial increíble.
Inteligencia artificial (IA)
La inteligencia artificial ya está dejando huella en muchos aspectos de la medicina. Está ayudando a los profesionales de la salud a diagnosticar y tratar enfermedades, con un potencial que parece prácticamente ilimitado, tanto que probablemente será un elemento fijo en las listas de los diez principales avances futuros. Los desafíos actuales incluyen superar las cuestiones éticas relacionadas con el grado de control que tienen las máquinas en el proceso de diagnóstico y tratamiento, así como garantizar su precisión.
Conclusión
Se necesitan muchas piezas de un rompecabezas para ver la imagen completa. Aunque cada pequeño fragmento de conocimiento mejora nuestra capacidad para diagnosticar y tratar enfermedades, estos diez principales avances médicos han dejado una huella profunda al mejorar drásticamente la esperanza de vida y los resultados de salud de millones de personas. Con tantos avances tecnológicos rápidos, los científicos pueden comprender mejor, investigar y desarrollar tratamientos, basándose en estos descubrimientos para mejorar la salud a nivel global.
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